A los 27 años mientras vivía en Bélgica y trabajaba infelizmente como ingeniera me fracturé. De esa caída me llevé 8 clavos y una gran crisis existencial y vocacional.
Paré a la fuerza y me llevó un par de años entender bien quién era y qué es lo que quería. No fue todo tan fácil ni súper amonioso, pero finalmente me permití preguntarme mil cosas y cambiar.
En los últimos años aprendí mucho sobre el deseo, los mandatos y el cambio laboral, y gran parte de todo eso te lo comparto acá.